Sociedad y Pasividad

Ayer pasó una cosa “curiosa” que me hizo pensar mucho y rescatar cosas del pasado. Estábamos en un parquecito al sol cuando llegó un chico búlgaro (jovencito, no creo que tuviera más de 24/25 años) con 4 niños pequeños de edades comprendidas entre los 3 y los 7 años. Al rato de estar cerca de nosotros le soltó el primer guantazo al más pequeño, pero siguió así toda la tarde pese a las críticas de muchos de nosotros. No contento con esto encima les daba tabaco a fumar (!!!) y se enorgullecía de ello porque en su país eso es costumbre, al igual que es costumbre que con 14/15 años ya se tengan hijos y que los “machos” se toquen los cojones mientras esclavizan a las mujeres. Hubo momentos que me cabreé mucho, tanto que me fui a dar unos paseos por ahí pero cada vez que volvía el Búlgaro seguía ahí.
Mi mayor cabreo ya no es para él, si no para nosotros mismos, para la Sociedad, pues nos acostumbramos a ver estas cosas, incluso criticarlas, pero NO HACEMOS NADA para que cambien las situaciones. ¿Cuántos miles o millones de mujeres tienen que aparecer muertas para que denunciemos que los vecinos, todas las noches, discuten y se oyen gritos y golpes? ¿Cuántos niños con sus cuerpos llenos de golpes, muertos de miedo y agresivos tienen que aparecer para que empecemos a denunciar los malos tratos a menores? ¿Cuántas más degracias tienen que ocurrir en nuestro entorno para que seamos capaces de actuar? Lo peor de todo es que casi todos actuamos igual…nos conformamos con no tener que verlo.