La pubertad de las redes sociales y el "nunca fuimos amigos"

Me hacen mucha gracia los artículos alarmistas sobre redes sociales, especialmente los escritos por personas que desconocen el mundo pero con aires de grandes gurús en el Social Media. El artículo “Facebook: ya no quiero ser tu amigo“, publicado el 2 de Enero en “La Razón” es uno de estos artículos escritos que tratan de explotar el “morbo del Social Media”, y escrito sobre una serie de supuestos y afirmaciones que no se sustentan desde ninguna perspectiva.
Merece la pena leer el artículo de “La Razón” y tratar de reflexionar un poco sobre el estado actual y futuro de las redes sociales. De las pocas cosas sensatas que encuentro en el artículo es que vivimos en una época en la que todo es más que fugaz, y lo que hoy triunfa mañana puede parecer ya anticuado. Pero eso, ni de lejos, refleja que servicios como Facebook o Twitter vayan a desaparecer. Entonces, ¿qué es lo que se esconde tras los alarmantes datos sobre el descenso del tráfico en Facebook/Twitter que se comentan en el artículo?

1.- La pubertad de los Social Media

Durante la infancia, los animales y humanos crecemos a un ritmo bastante considerable, y lo mismo pasa con los servicios de Internet. El ritmo de crecimiento que han mantenido tanto Facebook como Twitter en los últimos tiempos ha sido totalmente descabellado, y parece que ya se acercan a su madurez en cuanto a crecimiento, pasando por una etapa que podríamos llamar “pubertad” de los servicios.

Durante esta pubertad, el crecimiento de los servicios no es tan escandaloso como durante su infancia, pero se suceden acontecimientos de igual o mayor interés, como pasa en el caso de los humanos. Es una etapa de rebeldía y de buscar tu lugar en el mundo, algo que tanto Facebook como Twitter o como otros servicios necesitan de forma alarmante. Dentro de este conocer su papel en el mundo, las redes sociales deben encontrar su forma de autofinanciación, y olvidarse de un exagerado crecimiento que no hace más que quemar dinero a un ritmo exhorbitado, tanto por el gasto en servidores, personal, marketing, etc. Yo no dudo que encuentren su forma de monetización, de hecho la televisión tardó décadas en encontrar su modelo de negocio (los clásicos spots televisivos), Google también tardo unos añitos en ser capaces de rentabilizar su plataforma de búsqueda y ahora mismo dominan el mercado de la publicidad online (e incluso diría que se llevan la mayor parte del pastel de la publicidad como algo global), y las redes sociales van encontrando su camino en la monetización de sus plataformas con temas de publicidad, modelos freemium, y serán capaces de rentabilizarse todavía más cuando se integren con modelos de e-commerce.

Por otro lado, está una cuestión todavía más de fondo, y que es el ¿para qué sirve cada red social? En las redes sociales verticales, como Wipley, MiNube, Moterus, etc. el objetivo de la red social queda mucho más claro por estar centradas en sectores muy concretos, como puedan ser videojuegos, viajes o motos. Sin embargo, servicios mucho más generales como Facebook o Twitter todavía no muestran una gran claridad en el para qué sirven. Y aunque parezca obvio que Facebook sirve para gestionar tus contactos, y Twitter para compartir tu estado, todavía hace falta que durante esta pubertad los servicios se revolucionen desde dentro y sean capaces de poner un foco cada vez más claro. Si tuviera que votar por algo, diría que Twitter será el proveedor de las noticias en tiempo real por excelencia, y que se centrará mucho en compartir y comentar noticias de rabiosa actualidad (cosa que ya se está haciendo en Twitter), y que Facebook gestionará cada vez más y mejor nuestra identidad online. Tendría mucho sentido que estos servicios, especialmente Facebook que por generalista ofrece demasiadas funcionalidades, descartaran algunas de sus funcionalidades actuales y mejoraran algunos aspectos concretos que les permitan realizar mejor una misión mucho más concreta.

2.- Los amigos nunca fueron amigos

Uno de los aspectos que critica el artículo de La Razón a las redes sociales es el tema de la degradación de las relaciones online. La frase “el 51% de ellos [jóvenes entre 18 y 24 años], según la encuesta de Mindshare, cree que «Facebook está debilitando la calidad de las relaciones»” es una muestra de ello y una estupidez supina. La realidad tras esto es mucho más simple, y radica en que herramientas como Facebook no hacen más que reflejar la realidad de nuestra Sociedad. ¿Realmente alguien tiene 300 amigos de verdad en la vida real? A mi me sobran dedos de mis manos para contar a mis verdaderos amigos, y la verdad que justamente con mis amigos es con quién menos interactúo en las redes sociales, ya que hablo con ellos por teléfono, los veo cara a cara, o los molesto desde la mesa de al lado en mi despacho.

Vamos, Facebook me permite gestionar esos “amigos que nunca fueron amigos”, lo que se denominan contactos o conocidos. Gente de la que me gusta saber de vez en cuando, que me gusta tener localizada, pero con la que no quiero, ni tengo tiempo para, interactuar a diario. Una parte de culpa del boom de servicios como Facebook o Tuenti ha sido el que ha robado protagonismo a servicios como Messenger que justamente hacían eso, permitían charlar e interactuar con conocidos, o incluso amigos, aprovechando ese tiempo perdido del trabajo, o mientras estás en casa sin hacer nada. Esa gente con la que quedas para tomar unas cosas, pero a la que no pides ayuda cuando tienes un problema de verdad.

En este caso, satanizar a las redes sociales culpándolas de la degeneración de las relaciones entre personas es un movimiento más que facilón, pero distante a la realidad. Las culpas de la degeneración de las relaciones viene de muy atrás, de los ritmos de vida acelerados que llevamos, del desplazamiento de las poblaciones desde núcleos reducidos donde las relaciones eran mucho más cálidas a núcleos urbanos gigantescos donde casi todas las relaciones son superficiales.

Y servicios como Facebook no hacen más que ayudar. Ayudar a darnos cuenta de la realidad, sobresaturarnos con cientos de contactos que ni nos importan para ser capaces de darnos cuenta quiénes son las personas que realmente están dentro de nuestras vidas. Y por qué no, ayudarnos a gestionar todos esos contactos que conocemos y con los que nos lo podemos pasar bien o hacer negocios en contadas ocasiones. Estamos entrando en la fase de conocer la realidad de las redes sociales, de aprender a sacarles provecho y de poner los pies en la tierra.

3.- El futuro: lo móvil y el comercio electrónico

No cabe duda que el futuro de las redes sociales pasa por ese aparatito que llevamos a todas partes, nuestro móvil. La mini-agenda integrada que traen todos los móviles y que nos permite seleccionar a quién llamar acabará siendo únicamente un gestor de contactos de Facebook/Tuenti/o la red social que sea, que nos permita enviarles un correo, llamarles, etc.

Pero el futuro de las redes sociales también pasa por acercarse al comercio electrónico. El gran poder semi-oculto de estos medios es el que disponen de una gran cantidad de datos nuestros que les pueden ayudar a conocernos como el que más. Y si Amazon es capaz de hacernos muy buenas recomendaciones de productos que nos interesan, ¿qué no podría hacer Facebook con toda la información que gestiona de nosotros? Estoy más que seguro que las redes sociales, y en especial servicios como Facebook, serán unos aliados muy poderosos en el futuro para por un lado ayudarnos a encontrar productos de nuestro interés, y por otro hacer de filtro de contenidos para ayudarnos a encontrar o descubrir la información que nos interesa. Las redes sociales verticales tienen mucho que decir a este respecto, como expertos en dominios concretos, pero las redes sociales generalistas serán unos expertos capaces de agregar conocimientos de muy distintos dominios, y puede que acaben convirtiéndose en nuestros asistentes personales.

Las redes sociales, lejos de desaparecer, están aprendiendo a conocerse a si mismas, y serán capaces de dar lo mejor de si dentro de poco. Y si no, al tiempo.