La Luna y el Sol

El Sol se levantaba temprano cada mañana, alegre, radiante y entusiasmado por el mero hecho de vivir. La Luna salía por la noche, libre como ella sola. El Sol era sistemático, la Luna era espontánea, el Sol era caliente, la Luna fria, el Sol era autosuficiente y la Luna buscaba con quién estar. Pero un día la Luna y el Sol coincidieron, se pusieron el uno junto al otro formando un espectacular eclipse y desde ese mismo día el Sol persigue a la Luna e intenta alcanzarla todos los días. Pero la Luna ya tiene a las estrellas y no quiere luz. La Luna adora el Sol porque su luz se refleja en ella y la hace más bonita pero no quiere que el Sol esté más cerca pues entonces ella no brillaría. La Luna quiere seguir siendo libre con sus estrellas, y el Sol se ha quedado solo en el cielo, solo entre nubes negras que avisan tormenta.