22 de junio de 2005

Hay días alegres…y hay otros muy tristes. Tristes por lo que pudieron ser y no son, tristes por lo que representan (el comienzo de algo pero también su fracaso), son días medio nublados pero dónde la tormenta es atroz. Días que no te dejan sonreir pero tampoco llorar, porque las lágrimas para este día ya hace mucho que se agotaron.