Abandono
Dentro del vehículo, una familia peculiar. El padre y la madre observaban el exterior, analizando el terreno mientras los dos hijos dormían plácidamente. A su lado, acurrucada en el suelo y con los ojos tristes, llenos de lágrimas producidas por la soledad, la máscota, en otro tiempo el juguete favorito de los niños.
– Hay que aprovechar ahora que los niños duermen. – dijo la madre – Si no se pondrán insoportables.
– No creo que les importe mucho, hace meses que no hacen caso a este bicho. Y lo único que hace es estorbar y crearnos complicaciones…si no míranos ahora, de camino a nuestras vacaciones y llevando con nosotros a esta mala bestia.- La respuesta del padre era decidida.
Los padres se miraron, sabían que era el momento. Bajaron del vehículo arrastrando a la mascota de sus hijos con ellos. La mascota se resistía a bajar, se sentía sola desde hacía mucho tiempo, pero no quería abandonar a los únicos seres que había conocido en su triste vida. Los padres la alejaron del coche y la dejaron en el suelo, a unos 100 metros del vehículo. La atmósfera era muy densa, le costaba respirar, quizás fuera por la tensión de la situación. Además, el problema ahora era cómo volver a casa, cómo no quedarse en esta cuneta perdida.
Los padres volvían al vehículo, mirando de vez en cuándo hacia detrás, y gritando a la mascota para que se alejara ya que los seguía, desde la distancia, tratando de lograr la forma de volver. Ya cerca del vehículo, el padre comenzó a tirarle piedras, tratando de alejarla del vehículo, obligándola a correr a un sitio más seguro de forma que les permitiera entrar al vehículo y salir corriendo.
Las puertas se cerraron. La mascota se quedó paralizada, sus ojos dejaron de llorar, asumiendo ya la inevitable situación. El vehículo arrancó, y subió hacia el espacio, dejando a su suerte, en una cuneta de su viaje espacial a su mascota humana.