El problema con la Innovación en España

Resulta curioso que la situación de España hace unos años fuera muy similar a la situación de otros países como Irlanda, pero que el desarrollo de ambos países haya sido muy distintos. Si bien España aprovechó los fondos europeos para desarrollar una buena red de infraestructuras, Irlanda los aprovechó para convertirse en un referente tecnológico, acogiendo a empresas como IBM, Microsoft o Intel, que han decidido establecer su sede Europea en Irlanda. Irlanda apostó por ofrecer oportunidades a estas empresas, bajando considerablemente los impuestos, convirtiéndose en pocos años en uno de los países más ricos del mundo (el 5º en el 2007). Y bien, no tienen una red de carreteras como la de España, pero ¿para qué quieres una buena red de infraestructuras si no tienes nada que ofrecer al mundo? Y en España no hicimos lo mismo porque no somos capaces de innovar. Estamos anclados al pasado, a lo tradicional, y ni siquiera nosotros mismos confiamos en ser capaces de adaptarnos a los tiempos y convertirnos en un referente tecnológico.
Complejos y prejuicios, eso llena nuestra cabeza y nos impide prosperar. Nos dedicamos a adaptar modelos de éxito en otros países (p.e. nos traemos SlashDot en forma de BarraPunto o Digg llamándolo Meneame), olisqueando el culo de los países que creen en si mismo como desarrolladores de tecnología. Tenemos complejo de inferioridad, con un miedo atroz a hacer algo distinto porque si no lo han hecho en otros países, dónde “son más listos”, seguro que no tiene sentido y si lo hacemos, perderemos el tiempo. Siguendo este complejo de inferioridad, me resulta más que curioso que haya gente en este país que venga el modelo de innovación americano, parafraseando aquello que en EEUU las empresas van a fichar a los mejores estudiantes que van recomendados por sus profesores, cuándo después se minusvalora a los profesores e investigadores de este país. Para complementar este gran complejo de inferioridad, mantenemos una gran cantidad de prejuicios, de los cuáles, son especialmente “cancerígenos” los prejuicios cruzados entre Universidad y Empresa, dos pilares fundamentales de la sociedad y el desarrollo.
Este prejuicio cruzado lleva a un enfrentamiento directo entre ambos, un enfoque totalmente contrario al que se vive en los países fuertemente desarrollados tecnológicamente, como EEUU, dónde las empresas se encargan de llevar al mercado y distribuir al resto de países los descubrimientos realizados en el ámbito de la Universidad. Aquí las Empresas se obcecan en que son capaces de innovar sin tener en cuenta la base de investigadores del país (mayoritariamente presentes en Universidades) y la Universidad se mira el ombligo y considera que sus intereses no han de coincidir con los de la Sociedad y la Empresa. Lo peor de todo se lo llevan los jóvenes investigadores (y aquí me incluyo, porque es algo que he vivido y sigo viviendo, por ambos lados) que tratan de hacer investigación aplicada acercando ambos mundos. Como en la Universidad no se les da facilidades para llevar adelante proyectos aplicados para su uso directo por el resto de la Sociedad, y en la Universidad no se les permite ir más allá del mero desarrollo, acaban teniendo que abandonar el país o perder sus ganas de llevar adelante proyectos que en este país se consideran como imposibles y, sin embargo, al cabo del tiempo se acaban implantando en el país traídos por empresas extranjeras.
Innovar o morir. Esa es la clave de nuestro futuro, porque como sigamos así, acabaremos siendo, literalmente, el culo del mundo, ya que estamos siendo sobrepasados en innovación por países que hasta hace bien pocos estaban totalmente en pañales. Tenemos que empezar a creer en nosotros mismos y a perder el miedo al ridículo, porque si no, se “nos pasará” el arroz y acabaremos siendo la “solterona” de Europa.