El dilema moral de la tortura en los VideoJuegos

Vía Boing Boing me entero de una historia curiosa. Richard Bartle es un investigador, apasionado y desarrollador de videojuegos, y también, en cierta manera, parte de la historia de los mismos, al ser uno de los creadores de MUD, el primer juego de mazmorras multijugador y, con ello, uno de los pioneros de la industria MMOG. Tal y como Bartle cuenta en su blog, el otro día encargó una copia de “Wrath of the Lich King”, la última expansión del WoW, y algo en esta expansión no le ha gustado ni un pelo, el que en algunas misiones se requiera el torturar a otros personajes. El comentario en su blog ha levantado mucho revuelo, apareciendo en Broken Toys, y generando muchos comentarios en varios blogs, por lo que contestó a estos comentarios en su blog, aunque imagino que la cosa seguirá su propio curso y seguirá habiendo comentarios al respecto.

Ahora bien, la postura de Bartle se puede compartir o no, pero es comprensible. Incluso si eres videojugador, hay veces que te planteas dónde se encuentra el límite de lo moral en los videojuegos. Puedes ver normal que en un videojuego tengas que matar, o que puedas acostarte con una prostituta pero seguramente te escandalices si en un videojuego puedes tener la opción de acostrarte con un personaje que parece una menor, o que estando en una guerra tengas la opción de violar a las mujeres que encuentres. Todo sigue siendo un juego, pero hay cosas que chocan de lleno con nuestra moralidad y las repelemos, y teniendo en cuenta que cada cuál tiene sus propias particularidades morales y unos niveles distintos de aceptación de lo no moral para él, es lógico, e incluso sano, que se planteen cuestiones sobre estos límites, como una forma de reflexionar sobre el desarrollo de los videojuegos, en lugar de permitir que las cosas evolucionen por si mismas y dejarnos arrastrar por la corriente.