En el Top 3 de las Propuestas europeas de la ciudadanía

Gracias a @th3sorcerer me entero que una de las propuestas que hice el otro día en esta especie de “referendum” que han organizado este año en Europa, está en el top 3, gracias a su aparición en foros como CannabisCafé y Meneame. Como no, es la propuesta de legalización de las drogas blandas. Parece que Jordi Bufí tenía razón en sus comentarios cuándo me decía que creía que alguna(s) de mis propuestas podría llegar arriba, yo en ese momento lo dudaba mucho.
Se que con respecto al tema de las drogas hay múltiples posturas, y creo que todas son respetables. Mi postura en pro de la legalización de las drogas blandas se fundamenta en varios puntos que a mi me parecen razonables:

1.- Las drogas blandas (marihuana, hachís) no son muy distintas en balance de efectos que drogas legales como el tabaco y el alcohol. Hay muchos estudios al respecto de los efectos positivos de la marihuana, tanto a nivel terapéutico como a nivel de desarrollo cerebral. Esto no quiere decir que no sean dañinas, pero al igual que una copa de vino viene bien para el corazón, pero beberse 2 botellas al día te convierte en un borracho y te destroza el hígado (y la vida en general), con estas drogas pasa lo mismo, un consumo moderado y responsable tiene efectos o bien beneficiosos o, por lo menos, no demasiado perjudiciales.

2.- Si bien se nos vende que estamos en una democracia, para algunos temas se nos trata como si no tuvieramos capacidad de razonamiento. Una vez llegada a la edad adulta, cada uno ha de tomar sus propias decisiones, para bien o para mal, y la decisión de consumir este tipo de sustancias debe recaer en las personas, y no en los gobiernos. Además, la educación e información siempre ayudan más que la prohibición, que no hace más que atraer por ese punto morboso que tiene lo prohibido.

3.- Ahora mismo el negocio de las drogas está manejado por mafias que consiguen grandes cantidades de dinero que no declaran, utilizan en su propio beneficio e, incluso, acaban utilizando para fines peores (financiación de terroristas, trata de blancas, etc.). La legalización permitiría que los estados recaudaran más dinero y este revirtiera en mejorar servicios públicos como los servicios de salud o atención social. De esta forma, los posibles daños producidos por los excesos de estas drogas podrían ser atacados con el dinero recaudado por las mismas. Por otra parte, existiría un mayor control sanitario de lo que se vende, evitando posibles intoxicaciones o daños producidos por elementos ajenos a las propias drogas introducidos por los traficantes.

De todas formas el estar de acuerdo con esta legalización no implica que esté de acuerdo con el “todo vale” que se suele utilizar como arma arrojadiza en las típicas discusiones sobre la legalización de las drogas. No todo vale, y si se legalizaran habría que estudiar a fondo la manera y los plazos, aumentar la educación, tanto en cantidad como en calidad (ahora mismo la educación en estos temas se reduce a la política del miedo), establecer en qué sitios se pueden vender (p.e. farmacias), estudiar la posibilidad de una especie de control de ventas para evitar usos extraños, etc. Es un tema relativamente complejo, pero anclarse en el pasado no ayuda a que mejore este tema, ahora existe una buena parte de la población que consume de forma más o menos esporádica estas drogas (conozco gente de todas las edades y situaciones sociales; hasta Martín Varsavsky ha reconocido haberlas probado) y no tiene sentido girar la cabeza a otro lado y seguir como si nada.

El tema de las drogas consideradas como duras ya es otro cantar. Personalmente apoyaría su legalización por el derecho a elegir que todos tenemos, pero me da la sensación que, como Sociedad, quizás no estamos preparados para esto, aunque sería un debate a tener.