Por favor, déjame comprártelo

Mientras los creadores y distribuidores de contenidos siguen anclados en la lucha contra la piratería, sin plantearse muchos de ellos el adaptar sus modelos de negocio, los usuarios que estamos deseosos de pagar por los contenidos, nos encontramos en algunas ocasiones con una posición muy complicada: querer comprar la edición digital de un artículo (por ejemplo un libro), pero tener solo la oferta de comprarlo en formato físico. En los últimos días me he encontrado diversos casos de falta de oferta digital de un producto, que hubiera comprado en formato digital, pero que solo podía comprar en formato físico y, por ello, he acabado descargándomelo de algún otro sitio que si me lo ofrecía en formato digital:

  1. Libros que no están a la venta en formato digital en ningún sitio. Lo curioso de estos libros es que si puedes encontrarlos en formato digital (generalmente pdf) de alta calidad, por lo que el que no estén disponibles a la venta en formato digital lastra sus ventas, prácticamente incitando a su descarga.
  2. Libros que están disponibles en formato digital, pero que no puedes comprarlos desde el país en el que vives (no se venden fuera de USA/UK). Otra incitación a la descarga. ¿Por qué no voy a poder comprar un libro en formato digital si estoy en España? Lo curioso de este caso es que teniendo en cuenta que desde USA a España el libro va a tardar bastantes días en llegar, el formato digital tiene mucho más sentido. Si me “prohibes” una compra instantánea por algo que quiero leer ahora, estás perdiendo un cliente, y ganando una descarga ilegal del contenido.
  3. Libros que están disponibles en formato digital, también para tu área geográfica, pero no disponibles para el dispositivo desde el que lo quieres leer. Para mi el caso más rocambolesco. Quería comprar una revista digital a la venta en Amazon, pero solo me la podía descargar desde el Kindle, no desde la aplicación de Kindle para el iPad. Si bien tengo un Kindle (además del iPad y del iPhone), lo que quiero cuando pago por un formato digital es poder leer el contenido cuando, como y donde yo quiera. Si tengo 3 dispositivos vinculados con mi cuenta de Amazon, tengo derecho a leerlos en cualquiera de esos dispositivos. Si bien el formato en papel me resulta más “atractivo”, me encanta tener los libros ordenados en las estanterías de mi despacho, me decanto por la edición digital en muchos casos por el mero hecho de la ubicuidad. Si me quitas esta ventaja, el formato digital pierde su sentido.

No puedo entender por qué algunos creadores/distribuidores de contenidos son tan cerrados. Ponen barreras a un consumo adecuado, y remunerado de sus contenidos. Piensan que las prohibiciones van a lograr un mayor número de ventas en un formato más anticuado (como es el papel), pero seguramente más rentable. Sin embargo, están poniendo impedimentos a los compradores que queremos pagar ahora para tener un contenido en el instante siguiente; unos compradores que ya estamos pagando bastante cara la edición digital de los contenidos (en muchos casos con un precio superior que sus ediciones en papel), como para que nos pongan más impedimentos.

Algunos autores podrán quejarse de que me he bajado sus obras de forma ilegal. Pero más me “jode” a mi no poder pagar lo que corresponde por un producto que quiero, y por el que estoy dispuesto a pagar. El día que los creadores y distribuidores de contenidos me dejen comprar los contenidos cuando, como y donde quiera, seré feliz.

P.D: Muy interesante la entrada “España no quiere a Amazon” en El Confidencial, tratando un tema muy relacionado con el de esta entrada.