Casas e independencia
“…es que los jóvenes de hoy en día no se quieren independizar. Yo tengo a mi hijo de 30 años todavía en casa, y no hay quién lo eche…”. Oir comentarios como este me toca sumamente las PELOTAS (y sin perdón por la expresión, porque me las toca, y mucho). ¿Por qué me pongo así por estos comentarios? Muy fácil; ayer comencé a ver pisos, fui con Miguel y los dos Diegos dando una vuelta por el centro de Madrid, viendo carteles e inmobiliarias, y lo que encontramos fue patético. Pisos ruinosos de una habitación por más de 50 millones de las antiguas pesetas, algunos pisos de 3-4 habitaciones casi accesibles pero en estado deplorable. Con todo esto estoy pensando muy sériamente en comprar un puentecito muy majo que he visto a las afueras de Madrid, tiene un río debajo y los tendidos eléctricos y de teléfono cerca, vamos, todas las comodidades en su mano. Lo malo es que está para reformar, pero con un par de capas de pintura y cartones a los lados para aislar un poco el frío quedará como nuevo.
Ya con esto solo falta pedir la hipoteca para el puente…al no tener contrato fijo me pedirán avales, y no teniendo nada no se cómo se puede dar un aval. Esperemos que la directora del banco esté muy necesitada y acepte mis servicios de gigoló como aval para la hipoteca…me esperan unas noches llenas de sexo con una vieja necesitada debajo de un puente…¡¡¡que delicia!!!!