Cuando los héroes caen…

Cuándo todos los héroes de tu infancia caen y los ves como lo que son (personas normales, que se equivocan, y mucho), entonces te haces adulto. Y adulto no significa más capaz para nada, significa realista, significa que has perdido gran parte de ilusión y ahora te das cuenta de verdad de cómo es la vida. De todas las caidas de tus héroes, quizás la más dura es la caída de tu padre, el gran héroe de todos los niños, y el problema es que a tu padre no le ves caer una vez, le ves caer mil veces y, muchas veces, solo ese amor (en cierta medida irracional que se les dedica a los padres) es el que mantiene un afecto hacia ese que en su día fue lo que tu querrías ser y ahora no es más que un fantasma al que quieres pero del que conoces muchos fallos. Que bonita es la perspectiva del niño y maldito día en el que me hice adulto…Aunque lo que más me duele es que algún día seré el héroe de mis hijos (espero, por lo menos, ser su héroe mientras tengan poco uso de razón, lo contrario sería realmente triste) y caeré…caeré con todo el equipo, les fallaré, y eso tiene que ser terrible. Por suerte, por ahora, no soy más que mi propio antiheroe, feliz de ser como soy y ya despreocupado del que los héroes sean en realidad pobres ancianitas o pobres infelices.