Investigue con nosotros si quiere potar.
Dudar, curiosear, cuestionar y, al final, investigar. Desde pequeño siempre me ha atraido la investigación, en parte porque nunca he aceptado como válidas las “respuestas modelo” que tanto le gusta dar a esta nuestra sociedad, ya bien sea a través de las religiones o de otros elementos que forman nuestra cultura e idiosincrasia. Esta “curiosidad” y reticencia a creer lo que me decían, junto con un punto de tocapelotismo y de llevar la contraria, me han llevado a ser una persona Atea crecida en el seno de una familia muy religiosa (católica), además de ser un ferviente admirador del SadoMasoquismo intelectual aka Investigación.
Ya antes siquiera de empezar la carrera, quería ser Doctor, tenía muy claro que quería acabar haciendo un doctorado. Mi único momento de duda fue mediada la carrera, momento de la burbuja tecnológica en el cuál solo pensando en las cifras económicas que se manejaban hacía tambalear cualquier escala de valores e ideales, a pesar de ello mi gusto por la investigación perduró e incluso creció gracias a la gran explosión de la Burbuja Tecnológica que dejó el panorama laboral privado lleno de mierda (*1).
Una vez acabada la carrera comencé el doctorado en la Carlos III pero en lugar de escoger el camino más fácil (dígase pedir rogando una beca con algún profesor de ahí) decidí que había que espabilarse, mientras se investiga no hay que despegarse de la empresa privada. Así pues fundé A(rtificial)I(ntelligence and)Net(work)Solutions junto con los Diegos y también me puse a trabajar como consultor teóricamente experto en Minería de Datos, ideando y desarrollando programas para el procesamiento de información desestructurada (dígase SIRIo, para el “matching” de direcciones postales mal escritas) y la detección del fraude fiscal en la AEAT (Agencia Tributaria).
Estos pocos años de empresa y consultoría fueron fructíferos en algunos aspectos:
- Me di cuenta que era totalmente incompatible la investigación con el modelo de empresa pública/privada en este país, tanto a nivel de tiempo (trabajando 12/16 horas al día como consultor no tienes tiempo ni ganas para nada más) ni a nivel de aplicación de la tecnología (en la empresa las cosas se quieren ya, sin importar tanto la eficiencia/eficacia, y mucho menos la innovación).
- Aprendí la gran importancia de la “Venta de Moto” en este mundo, así como desarrollé buenas habilidades para saber vender bien esa moto. También desarrolle unas impresionantes habilidades para “salvar el culo”, que es lo que constántemente se hace en la empresa privada.
- Realmente me di cuenta que trabajar en una empresa “a la española” no es lo mío, prefiero renunciar a gran parte del dinero pero poder realizarme en otros aspectos, y no pasarme media vida haciendo las mismas cosas bajo las directrices de un jefe que apenas sabe de qué habla.
Llegados a este punto, salto para la Universidad (privada), con la intención de tener más tiempo para poder desarrollar mi Tesis. De primeras, este salto me obliga a perder una gran cantidad de dinero (pasar de casi 1.500 euros limpios al mes a ser uno más de los “mileuristas” de este país), perder parte de la poca estabilidad que da un trabajo hoy en día (si ya es poco estable el trabajo de consultor, menos es el trabajo que llegado el verano te echa de la empresa y te vuelve a contratar en octubre si les conviene) y cierto rango profesional (pasar de ser analista/programador y jefe de equipo a ser profesor ayudante).
Una vez aceptadas las consecuencias del “salto” te decides esforzar tanto en tu trabajo (reactualizar las asignaturas, como “Programación Concurrente y Distribuida” que contaba con un temario de hace 20 años, así pues este año se han dado cosas como Corba, Servicios Web, etc.) como en la Tesis y los proyectos de investigación. Pero te vuelves a encontrar con varios obstáculos, tanto a nivel de trabajo
- Preparar asignaturas de las que no tienes ni idea, ni intereses, para un master, del que supuestamente los alumnos tienen bastantes conocimientos, en un plazo de tiempo muy reducido. El resultado es que ni uno mismo se queda satisfecho con la asignatura, imagino que mucho menos los alumnos.
Como a nivel de investigación
- No es tanto tiempo como uno cree, dando 10 horas de clase a la semana y remodelando temarios, hay semanas que apenas se pueden dedicar a investigar.
- ¿Para qué hacer artículos si luego no se pueden publicar? No hay fondos para publicaciones, ni para desplazamientos.
Pues nada, a agarrarse los machos e intentar hacer algún artículo publicable mientras avanzo con la Tesis, algo lento pero al menos con algo de tiempo para dedicarle a su desarrollo. Y si se consigue publicar, a sacar como poco 300 euros del bolsillo por el registro (de un sueldo de 1000 euros, ya nos quedan solo 700) más los gastos de desplazamiento (vamos, que si publico me gasto un mes de sueldo prácticamente). A pesar de todo, uno sigue ilusionado.
Luego llegan los proyectos, uno del que se pide financiación pero conviene ir adelantando trabajo. La verdad que es interesante y motiva. El otro interno, más de desarrollo, hay financiación aunque está muy reciente y no se ha empezado a desarrollar. En definitiva, dos proyectos a realizar en mi tiempo libre, porque claro, uno “investiga porque quiere”. Pero vamos, como están chulos y uno tiene ánimos, tira “p’alante” con lo que puede. Pero también desespera la manera de gestionar los proyectos, pues no te dan ni una mera máquina para lanzar experimentos o para poder desarrollar (teniendo en cuenta que ni te dan portátil para impartir las clases, tengo que poner mi portátil para poder darlas y prepararlas, y mi portátil o/y otras máquinas de las que disponga para realizar los experimentos) y cuándo surge por ahí algún “rumor” de que se nos pueda dar algo, ni se nos consulta lo que queremos, porque yo para que quiero otro portátil (y más si no es macintosh), yo lo que quiero es una estación de trabajo potente y con mucha ram para tirar experimentos y punto (pero claro, como lo que uno necesita es lo de menos…).
Al final el dinero de los proyectos de investigación, por H o por B, se acaba tirando en tonterías y trastos inútiles, todo por no querer dedicar parte a pagar a los investigadores o por otra parte porque no se quieren escuchar las necesidades reales (como mola pedir una estación Sun en lugar de un pc bien cargadito por menos de la décima parte de dinero…).
El resultado es que al final uno acaba en el paro, esperando a que se le renueve el año que viene, sin un puto duro ahorrado, currando todo el verano en su casa, tanto en su Tesis como en los proyectos (eso sí, con sus máquinas y gastando su electricidad) y encima te cruzas con el tío más “tonto” que iba a tu clase en el colegio y resulta que el muy cabrón curra 4 horas al día poniendo aires acondicionados y gana tanto dinero que tiene un Mercedes y se acaba de comprar un piso…mientras uno poniendo velas para que no le echen sus padres de casa.
…Y lo peor (o mejor) de todo, es que uno sigue con ánimos, pero cuándo ves u oyes que hacen falta nosecuantosmil científicos en este país, ya no sabe uno si reir, o llorar.
(*1) Entiéndase por mierda aquellas personas que debido a sus elevados sueldos obtenidos gracias a contratos blindados durante la creación de la burbuja, y al elevado coste de su despido, permanecen en las empresas con una produción realmente baja y unos conocimientos desfasados. Gracias a que las empresas han de mantener a esta “mierda” y aumentar sus beneficios, las nuevas generaciones han de cobrar menos y trabajar más…una teoría absurda, pero que mueve este país.
[Escuchando el álbum “The Antidote” de Moonspell]