Sobre el sueldo de los emprendedores: No todas las situaciones son iguales

Me parece muy interesante el debate que se ha generado acerca del sueldo de los emprendedores, iniciado por un artículo de François Derbaix, y seguido con varios posts y tweets de varios emprendedores. Estoy parcialmente de acuerdo con el planteamiento de François, pero no con la generalización que hace (aunque su planteamiento es bastante laxo, de hecho hace referencia a que cada uno ha de adaptarse a su situación). Es decir, como emprendedor toca ajustarse al máximo en cuanto a sueldo y necesidades, es vital para reducir los gastos de la empresa, y también genera un cierto estado mental orientado a minimizar todos los gastos que no son imprescindibles, pero hay que tener siempre en cuenta que no todos los emprendedores somos iguales, y las situaciones de cada uno tampoco lo son, por lo que generalizar es un grave error. No es lo mismo emprender con 20 años que con 40, no es lo mismo emprender teniendo hijos que sin ellos, y tampoco es lo mismo tener un entorno familiar pudiente que un entorno familiar con una economía muy ajustada.

Hay emprendedores que han podido emprender sin sueldo porque anteriormente han tenido buenos trabajos y han ahorrado mucho, lo que les ha dado la oportunidad de poder vivir con un sueldo más ajustado durante un tiempo. Otros emprendedores han aprovechado el buen sueldo de su pareja para poder emprender renunciando a un sueldo. Otros están respaldados por los recursos de su familia. ¿Entonces no se puede emprender si no estamos ante una de estas (o similares) situaciones? Yo no creo que haya que ser tajante, porque hay muchas formas en las que los emprendedores demuestran su compromiso con el proyecto y aportan valor.

En mi caso, fundé mi primera empresa nada más acabé la carrera. Sin sueldo alguno (de hecho ninguno de los socios cobramos ni un duro durante todos los años que estuvimos trabajando en la empresa, lo reinvertíamos todo), viviendo en casa de mi madre, tirando de los pocos ahorros que teníamos y pidiendo prestado a nuestros padres para poder salir adelante. Eso lo pudimos hacer porque emprendíamos con veinti-tantos, sin responsabilidades financieras, sin familia a cargo, y prácticamente dejándonos a cargo de nuestras familias, que ya de por si no eran muy pudientes.

Cuando fundamos BrainSINS, la situación ya era distinta. Yo no tenía apenas dinero ahorrado, ya que unos años antes había decidido dejar la consultoría (donde ganaba un buen sueldo), para cobrar menos de la mitad en la Universidad, pero poder seguir formándome mientras hacía el doctorado y dedicarme a hacer lo que realmente quería hacer: investigar y desarrollar tecnologías que pudieran tener un cierto impacto en la Sociedad. Después de más de 3 años en la Universidad, sin llegar ni a ser mil eurista durante gran parte de ese tiempo (y mileurista durante el último año), no es de esperar que queden muchos ahorros, así que cuando nos planteamos fundar BrainSINS, y hacer nuestra ronda FFF, tuve que acudir al banco a pedir un préstamo para poder aportar parte del capital inicial de la empresa.

A pesar que cuando uno ha vivido muchos años como mileurista, resulta prácticamente imposible cobrar 500€ al mes y poder vivir, si tienes que estar devolviendo un préstamo de bastantes miles de euros, por lo que en casos como este el que el emprendedor renuncie a un sueldo implica que tengas que buscarte un trabajo complementario para hacerte cargo de tus responsabilidades financieras. Y en mi caso, no aplica lo de vivir del sueldo de la pareja, ya que Montse es una trabajadora nata, muy buena en lo suyo, una santa por aguantarme todo lo que me aguanta, pero es otra (menos que) mileurista más con cuyo sueldo no podríamos vivir los dos; y tampoco aplica lo de tirar de los ahorros de la familia porque todo lo que han podido aportar ya lo aportaron para la ronda de FFF.

Me gustaría poder trabajar en mi propia empresa sin cobrar un sueldo, pero no puedo. Pero tampoco me siento “peor emprendedor” por ello, y de hecho no creo que exista un análisis estadístico que corrobore el planteamiento de que “el éxito de una startup es inversamente proporcional al sueldo de los fundadores”, ya que el sueldo es solo una variable entre muchas variables que demuestran la implicación del equipo promotor. Yo he renunciado a un sueldo “decente” por poder formarme y dedicarme a lo que me gustaba, y eso me ha dado unos conocimientos técnicos que me han permitido ser de mucho más valor para el proyecto que hemos lanzado, ¿es acaso mejor que el emprendedor no cobre a que se haya formado debidamente y pueda aportar un valor diferencial a la empresa?

Desde mi perspectiva, generalizar acerca de estos temas es un error. Lo importante es el compromiso del equipo emprendedor, que se demuestra de mil formas distintas en función de posibilidades, situaciones personales, etc. Resulta duro de más para un emprendedor el negociar con un inversor y que éste solo piense en reducir su sueldo a toda costa, generando situaciones que van en detrimento de los resultados de la empresa. Como emprendedor has de estar 100% focalizado en tu empresa, y un sueldo que no cubre ni con tus necesidades básicas hace que tu empresa ya no sea tu foco, tu foco se convierte en cómo vas a poder pagar tus deudas, qué vas a poder comer hoy y lo “jodido” que es tener que hacer 20 kilómetros en bicicleta bajo la lluvia y un tiempo gélido para poder llegar a tu oficina, ya que no tienes ni para un billete de metro.